martes, 18 de enero de 2011

Un día en la feria



La feria es uno de los mejores sitios para hacer fotos gracias a que siempre está rebosante de luz, color y gente. A esto hay que sumarle el punto hortera de los feriantes -y de muchos de los visitantes-, que también puede dar mucho juego a la cámara.
Por otro lado, las fotografías con un toque voyeur siempre resultan interesantes. Esas que captan a un desconocido, desde un objetivo visible, pero cotilla y anónimo, en un instante concreto, breve y casi íntimo.
Esta foto combina ambos elementos. En ella aparece una señora en un coche de choque con el que es probablemente su hijo. Rodea al pequeño con el brazo de forma protectora mientras chilla escandalizada porque otro coche está a punto de impactar contra el suyo. El niño se muestra sorprendido, pero claramente más calmado que su madre. En el lado derecho de la imagen se puede ver un tercer coche cuyos tripulantes observan un tanto extrañados la situación.
Me dio tiempo a tomar una segunda foto justo un instante después, en la cual se aprecia que la conductora del primer coche finalmente ha evitado la colisión. La madre se muestra ya más serena y junto al niño asustado, miran a la cámara ahora con una pose avergonzada.
La pregunta es: ¿para qué subir a los coches de choque si no quieres que choquen contigo? Pues para chocar tú contra otros que es más divertido, para que va a ser.

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