lunes, 30 de abril de 2012

Las mejores falacias del PP en Twitter

Recopilación de algunos tuits de cuentas oficiales de ministr@s y altos cargos del PP que constatan que la campaña electoral no sólo fue una gran patraña, sino que estamos ante un innegable fraude electoral:


















Sobran comentarios. Tan sólo recordar una famosa cita: "Las grandes masas sucumbirán más fácilmente a una gran mentira que a una pequeña." -  Adolf Hitler


jueves, 26 de abril de 2012

Un poco de mi... Valencia


Ya he contado en alguna ocasión las pequeñas diferencias que nos separaban a mí y a mi padre -éramos polos opuestos, más bien-. Pero había dos puntos en común que nos unían. Uno era el cine, sobre todo el clásico. Películas de los años 40 y 50, cine negro, Orson Welles, James Stewart, los previsibles westerns de John Ford, los geniales papeles de malo de Edward G. Robinson, los personajes machistas y arrogantes -pero nobles- de Humphrey Bogart, la elegancia de Ava Gardner y un largo etcétera. Películas en su mayoría con guiones maniqueos, cuya inocencia plasmaba el ideal de otra época de un mundo mejor. Y sí, exigen al espectador actual cierta permisividad con algunos detalles que resultarían ridículos en películas de hoy en día. Pero algunas, no digo todas, son sencillamente mágicas.

Nuestro otro nexo de unión era el Valencia C.F. . De pequeño yo era uno de esos raritos de clase a los que no le gustaba el fútbol. Resultó ser una afición tardía y forzosa fruto de la insistencia de mi padre, que sutilmente me regaló el pase de Mestalla y de mi hermano, que no dejó de darme el coñazo hasta que sentí los colores.

La vida hizo que el primer título que pude disfrutar con él lo ganáramos el último año que estuvimos juntos (Copa del Rey, 1999). Y la vida también hace que en el primer año de vida de mi hijo, del nieto que no conoció y que lleva su nombre, tenga el Valencia, su Valencia, nuestro Valencia, la oportunidad de conseguir otro título, esta vez europeo. Llamadme sentimental, pero el hecho de que hoy pasen a la final para mí es algo más que fútbol.


lunes, 23 de abril de 2012

Relatos en cadena


"Relatos en cadena (Cadena Ser): Una historia, un personaje, un escenario y una acción en cien palabras". En varias ocasiones he participado en este concurso sin que por ahora haya habido suerte. Aquí van algunos de mis intentos (la primera frase en negrita es obligatoria y corresponde a la última del relato ganador de la semana anterior):

 

Varado
Igual que lo hacen las ballenas, deambuló buscando un sitio donde morir. Casi arrastrándose llegó a un banco, se sentó y se puso la mano en el pecho a la altura del corazón. Tenía el pulso acelerado, estaba pálido, le costaba respirar y no paraba de sudar. Al verle se acercó el monitor y le dijo:
–¿Te encuentras bien?
–Me muero. Esta vez sí.
–No Paco, no te vas a morir. Lo que tienes que hacer es adelgazar un par de kilos, venir más a menudo al gimnasio y verás cómo poco a poco te va costando menos.


Las novicias
Por fin quietas”, pensó el cura cuando vio que las dos novicias dejaban ya de juguetear como niñas. Ellas de pronto callaron, se miraron y comenzaron a besarse efusivamente. El joven clérigo se quedó boquiabierto. Con gesto nervioso se aflojó el hábito y se dispuso a observar la escena en silencio y estupefacto. Las monjas continuaron, ahora desvistiéndose, cuando de pronto un hombre irrumpió en la habitación. Se detuvieron unos segundos y acto seguido le invitaron a unirse. Esto ya fue demasiado para el sacerdote. Con la mano temblorosa cogió el mando y cambió de canal.



El abrazo
Como tantas veces había hecho de niño le cogió la mano, entrelazó los dedos con los suyos y empezó a juguetear con su alianza. Postrado en la cama del hospital y con la voz debilitada por el tratamiento le miró a los ojos y le dijo lo muy orgulloso que estaba de él. Ambos sabían que quedaba poco tiempo. Su respuesta fue el silencio. Después le abrazó con fuerza, cerró los ojos y guardó ese efímero momento en su corazón para no perderlo nunca. Años después los vuelve a cerrar y siente ese abrazo como si aún estuviera allí.

martes, 17 de abril de 2012

Que coman pasteles

Escena de la película Maria Antonieta

El elefante que aparece detrás de Juan Carlos de Borbón en la famosa foto de Botswana resulta ser la metáfora perfecta de la monarquía española actual: un gigante muerto dentro de una escena de otra época, de un tiempo pasado que jamás ha de volver. A modo de “El Gatopardo” de Visconti el Rey se resiste a enfrentarse a una realidad que inevitablemente va a acabar con su anacrónico modo de vida. Y al igual que en la película, sus cortesanos y vasallos -léase mayoría de prensa y políticos- le siguen la corriente reviviendo costumbres y folclores como si la hecatombe no fuera con ellos. Unos a cazar y otros a evitar hacer preguntas.

A Maria Antonieta, esposa de Luis XVI, se le atribuye -erróneamente- haber dicho la famosa frase “que coman pasteles” cuando le informaron por enésima vez de que su pueblo se moría de hambre. Hoy perfectamente Juan Carlos de Borbón, en su evidente estado de alienación, podría espetar un “que se vayan de caza” como solución a la crisis. Parece ser que la frase nunca salió de la boca de Maria Antonieta, pero sí es cierto que sus despilfarros y escándalos, junto a los de Luis el Último (como le conocerían los revolucionarios) fueron los que provocaron, por encima incluso del hambre y la miseria de su pueblo, que perdieran literalmente la cabeza.

Es obvio que lo ocurrido en Botswana es más que suficiente para que el Rey dimita -abdique en jerga Real-. No voy a entrar ni siquiera en dar argumentos porque se cae por su propio peso, nunca mejor dicho. Pero su dimisión tampoco nos vale porque el problema no es él, sino el sistema obsoleto y crónicamente enfermo que es la monarquía.

La historia de Francia debería servir de ejemplo, sobre todo a sus tatara-sobrinos Borbones. Pero me temo que en España no gozamos de tanta iniciativa. Aquí se sufrió durante 40 años a un dictador fascista asesino y finalmente murió de viejo en su cama.

jueves, 12 de abril de 2012

El día en que el PP vendió nuestra honradez


De un día para otro en España se nos ha acabado aquello de que pobres pero honrados. El Gobierno con su amnistía fiscal ha abierto las puertas de par en par al dinero negro. Cualquier proxeneta, ladrón, traficante, corrupto, mafioso o delincuente en general puede ahora legalizar sus ahorros conseguidos con el sudor de la frente de otros por un módico 10%. Y sin preguntas.

Lo peor no es que esto lo haya puesto en marcha un partido que se define abiertamente como católico y que cuenta con el apoyo histórico de la Iglesia. Ya se sabe que es tradición clerical perdonar pecados a cambio de la correspondiente bula.

Tampoco lo es que antes de llegar al Gobierno el PP criticara públicamente la amnistía fiscal. A estas alturas hasta los menos avezados se habrán percatado de que todo en la campaña del PP era una patraña como la calle Génova de grande (no a las subidas de impuestos, al abaratamiento del despido, etc.)

Lo peor de todo es que ahora nos dicen que la otra opción que les quedaba era subir el IVA. Y claro, para eso mejor perdonar a los defraudadores, sus correspondientes delitos y el 90% de lo que nos deben. En resumen, nos han vendido como putas a las mafias, pero tranquilos, lo han hecho por nosotros.

Al menos la legalización del blanqueo de dinero tiene algo positivo: este año no tendremos que ver cómo le toca la lotería a Carlos Fabra.