lunes, 29 de abril de 2013

#olvidados



Un tío mío es tan forofo del Valencia CF que no puede ver ningún partido porque se pone demasiado nervioso. Algo parecido me ocurre a mí con Salvados, el cual considero con diferencia el mejor programa de la TV, y sin embargo algunas veces evito verlo para no encabronarme demasiado. Bastante deprimentes son ya los domingos por la noche con el inminente lunes asomándose para acostarse encima de mal humor. Pero el programa de ayer sobre el accidente de metro de Valencia era diferente. Tocaba verlo sí o sí, tanto por cercanía física (Valencia, la parada de al lado de casa) como en cierto modo afectiva (conocía a uno de los fallecidos). El resultado, en mi humilde opinión, el mejor Salvados de la breve pero intensa historia del programa después de aquellos dos famosos sobre el fin de la violencia de ETA.

Puestos a sacarle defectos, eché en falta que se trataran dos asuntos: 1.- la manipulación mediática de Canal 9 en su día para ocultar el accidente (más info para el interesado aquí: “la estrategia del silencio”) 2.- uno de los gestos más obscenos de la tragedia: la retirada de las flores de homenaje a las víctimas en las escaleras de la estación para no ensombrecer la visita del papa.

Y puestos a buscarle virtudes, me gustó especialmente que descubrieran al mundo a ese siniestro personaje de película de mafiosos -o de nazis, no lo tengo claro- que es Juan Cotino. Me vino a la mente cómo Mónica Oltra, a quien Cotino ha insultado repetidas veces en el parlamento, ha asegurado en más de una ocasión que él es el peor de todos los sinvergüenzas del PP (y mira el dream team que tenemos en Valencia) y que los valencianos, incluyendo a los que le votaron, no nos merecemos un presidente de Les Corts como él.

Pero en especial me gustó un detalle que se pudo leer entre líneas: la responsabilidad del olvido de este accidente no fue exclusiva de los políticos. Aquí todos tuvimos culpa por falta de exigencia -y me incluyo incluso habiendo participado en alguna de las manifestaciones- y en  concreto sus votantes cómplices por haber avalado / legitimado la gestión de este gobierno de gángsters concediéndoles reiteradamente el voto. Como bien responde Julio Anguita cuando alguien le dice que “los políticos son unos chorizos”: “chorizos vosotros, que les volvéis a votar”.


sábado, 27 de abril de 2013

España irá bien - greatest tweets

Con motivo del nuevo récord de 6.202.700 parados conseguido por el Partido Popular y del reconocimiento oficial de que su gobierno, en el mejor de los casos, aún dejará una tasa de paro (24,6% en 2016) superior a la recibida (22,85% en 2011), he realizado esta pequeña recopilación de tuits para recordar lo que decían hace no mucho tiempo:
 
 
 
 
 
 
 
 
Llegaron a prometer incluso, textualmente, la felicidad:

 
 
  
 
Cuánta razón tienes Soraya:
 
 
Definitivamente, se rieron de nosotros. Y siguen en ello.
 

miércoles, 3 de abril de 2013

Legal pero no ético

Pechopalomo  Feijóo navegando con un amiguete

Uno redescubre por enésima vez leyendo las noticias que trabajar para la empresa que gestiona los servicios de un hospital que tú mismo privatizaste cuando ocupabas un cargo público es completamente legal. Pero ojo, por apestoso que resulte el asunto nos recuerdan que algo “legal” no tiene por qué ser ético. Me refiero obviamente a Lamela (al revés, Lamela), quien forma parte del consejo de administración de Assignia, gestora del hospital de Aranjuez privatizado por obra y gracia de él mismo.

Lo mismo ocurre con hacerse una foto en un yate junto a un narcotraficante. Por ahora no está prohibido ser político y retratarse con capos de la mafia, pero ético, lo que se dice ético, no parece.  Que se lo digan al presidente de la Xunta Feijóo y sus inoportunas fotografías junto al narco Dorado (al revés, Dorado).

Ejemplos de esto hay muchos. Ahí va otro: Se puede desahuciar legalmente a una pareja de octogenarios de su casa sin que ni siquiera tengan una deuda económica con el banco (basta con que avalaran a su nieto). Pero vamos, que esto más que poco ético es mezquino y miserable, algo propio de una banca usurera inhumana y un gobierno sumiso que se lo permite. No obstante, no sería legal que esta pareja de ancianos entrara en la cárcel aun habiendo cometido un grave crimen, puesto que ya habrían superado la edad establecida de facto para permitir, por humanidad, su ingreso en prisión.

Tampoco sería ilegal por ejemplo presentarse a unas elecciones con una patraña de programa electoral para luego usarlo de papel higiénico. Cuidado, que esto ético tampoco es, pero ya se sabe que la obstinada realidad a veces se empeña en impedirnos hacer lo que de verdad nos gustaría.

La cuestión no es ya cómo hemos acabado rigiéndonos por una legislación alejada años luz -en muchos casos- de la más mínima ética exigible. El asunto es que es ya evidente que el sistema está podrido, corrupto y enfermo en todos sus estamentos, empezando por el poder Legislativo y llegando hasta la Jefatura del Estado. Debemos derrumbarlo y construir de cero uno nuevo guiados, entre otros principios y esta vez sí, por la ética.